miércoles, 8 de junio de 2011

El arte que no se paga con dinero



¿Qué estarías dispuesto a dar o hacer por conseguir una obra de Javier Mariscal, Ouka Leele o Miquel Barceló? Ahora es posible hacerte con una obra de arte contemporáneo a cambio de… cualquier cosa menos dinero.
En Londres, la artista Tracey Emin intercambió una de sus obras por 30 horas de clases de francés y Mat Collishaw aceptó la propuesta de unas vacaciones en un hotel de lujo en el Mediterráneo a cambio de uno de sus cuadros. Se llama arte por trueque y su objetivo es acercarlo al gran público.
Art Barter es una iniciativa de dos comisarias de arte británicas, Lauren Jones y Alix Jarta, que hace un par de años trastocaron las reglas de juego del mundo del arte. ¿Y si nos olvidamos del valor real de las obras y del caché del artista?
Y eso es precisamente lo que hicieron. Primer paso: sustituir el nombre del autor por un número de forma que el posible comprador desconozca la autoría de la obra hasta el final. Segundo paso: las piezas expuestas no tienen valor económico y es el trueque por servicios, y no el dinero, lo que se admite como medio de pago.
Después de pasar por Londres, Nueva York y Berlín, la propuesta llega a Madrid de la mano de dcode, un nuevo festival multidisciplinar —fundamentalmente musical— que ha incluido esta propuesta en su oferta. “El mundo del arte tiene su dinámica y está bien que así sea”, señala Iñigo Martínez Möller, comisario responsable de Art Barter Madrid, “pero también está muy bien poder escapar de esas ataduras e infringir la norma, que es lo que proponemos con esta exposición”.
Para este comisario, camuflar a los artistas consagrados y mezclarlos con otros desconocidos permite al espectador juzgar con criterio propio, sin el prejuicio de nombres, títulos o precios. “Eventos como este rompen con otras normas no escritas de este oficio, como que no todo el mundo puede tener en su casa una obra de arte”, recalca Martínez Möller.
Entre el 10 y el 25 de junio, 30 artistas españoles expondrán alguna de sus obras en C arte C de Madrid. Solo tienes que hacer una oferta.
En ediciones anteriores los interesados ofrecieron cosas tan variopintas como un paseo a lomos de un caballo blanco en una playa del Reino Unido, una estancia de una semana en un castillo, una canción, escribir una biografía, publicar un reportaje, hacer la limpieza de la casa del autor durante 4 meses, una web, un perro, ser el protagonista de un cómic, un masaje, diseñar la identidad corporativa del artista, un poema, clases de esquí, una Nesspresso con 100 cápsulas… y hasta servicios sexuales.
“Mi oferta favorita fue un coche teledirigido de juguete creado por un niño de 5 años”, dice Martínez Möller. Claro que ser original con tu propuesta no te asegura llevarte la pieza. Si el artista considera que ninguna de las propuestas está a la altura, o simplemente no le apetece ninguna de tus sugerencias, podrá olvidarse del trueque y regresar a casa con su obra.

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